jueves, 16 de octubre de 2014

Perdida (Gone Girl) 2014

Todo indicaba que iba a ser un éxito, uno de los bombazons del año. Ben Affleck, el hombre de moda gracias a su futuro papel en Batman v. Superman: Dawn of Justice, ha conseguido arrastrar a todo tipo de público, haters indignados incluidos. Esto unido, claro está, a la presencia de su director, David Fincher.
Salvo Drácula, la leyenda jamás contada (Drácula Untold), que se estrenará en España el 24 de octubre, y que solamente se ha acercado, nadie ha conseguido pararle los pies. 


Perdida (Gone Girl), cuenta la desaparición de Amy (Rosamund Pike) en el día de su aniversario. La indiferencia de Nick (Ben Affleck), su marido, le convierte en el principal sospechoso de la investigación. 

Hasta aquí todo normal. Podría ser perfectamente una película de sobremesa, los más que famosos telefilms de Antena 3 del fin de semana, pero no lo es. En este caso, un experimentado director esta a los mandos y sabe lo que nos que gusta, y nos lo da. David Fincher nos sumerge rápidamente en el universo de Perdida, un lugar donde todo es maravilloso desde fuera pero que por dentro está podrido. 

Con una estética oscura y fría, acorde con los pensamientos de sus personajes, nos adentramos en el mundo de los medios de comunicación y la frivolidad con la que operan. Creo a estas altura ya somos plenamente conscientes de que vivimos en una sociedad totalmente mediatizada donde en un suceso, como puede ser una desaparición, es un manjar para programas de televisión y espectadores morbosos, ansiosos de entretenerse con las desgracias ajenas. Pobre Ben, pensé. Pero me reí. Y mucho. Toma sonrisa Happydent.


El tío borda. Uno de sus mejores papeles, por no decir el mejor de su carrera. Han secuestrado, o posiblemente asesinado, a su "media naranja" pero él está super relajado, incluso se permite posar frente las cámaras con una sonrisa de oreja a oreja junto al cartel de “missing” de su mujer. 

ALERTA SPOILER

Sí amigos, para todos aquellos que hayáis visto la película os pregunto ¿qué lleva a una mujer fingir su muerte para darle una lección a su marido? Que está loca y es un poco putilla.

Un giro inesperado nos da en toda la cara y se oye a un señora en la sala decir; “UUHH”. No está muerta, está de parranda. Todo ha sido una artimaña de Amy para darle una lección de muerte a su marido porque este le engañaba, con Emily Ratajkowski nada menos. A partir de aquí la cosa se desmadra pero se vuelve muy interesante. El personaje interpretado por Rosemund Pike está loca, y lo ha estado siempre. 

Para evitar explayarme demasiado en todos los nudos que conforman la mayor parte de la película, diré que las relaciones de pareja son muy complicadas. Eso lo resume bien.

Exceptuando algunos pequeños detalles que pueden parecer forzados; la aparición del exnovio interpretado por Neil Patrick Harris, la supuesta investigación que tendría que haber sobre el asesinato de este y lo relatado en el diario, la historia se desarrolla de forma correcta. Te atrapa; sabes que va a pasar pero quieres ver las reacciones, como si no hubieses visto nunca una película. 

Para acabar me centraré en el final, un final realmente genial. Realiza una síntesis perfecta de todo el conjunto del film. No me refiero a esa pequeña escena que sirve de prólogo y epílogo para cerrar la historia, sino a esa otra en la que la pareja, unida nuevamente (me he saltado buena parte de la historia, lo sé), hacen saber a toda la audiencia que ha seguido el caso, que están esperando un hijo. Dos seres humanos destrozados emocionalmente, inestables, y que se odian, se muestran como la pareja perfecta que se ha reencontrado después de pasar un infierno. El público, crédulo e inocente se lo cree. Al menos nosotros sabemos que todo es una farsa.  

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